Casamance es la parte del suroeste de Senegal y del sur de Gambia incluyendo el río Casamance. En la actual organización territorial de Senegal se corresponde con las regiones de Kolda - Haute Casamance - y Ziguinchor - Basse Casamance
Región caliente, con algunas montañas en el sureste, donde se cultiva el arroz, con playas oceánicas, particularmente en el Cabo Skirring.
La ciudad más grande es Ziguinchor.
La etnia dominante en Casamance es el Jola, también se escribe Diola.
Los Diola viven en grupo, y el grupo es el aspecto más importante de sus vidas. Transmiten su historia y creencias a través de las tradiciones orales, canciones y danzas.
Presentación
En el Camino de Ziguincho a Dakar nos encontramos a nuestros costados pequeños BAOBAB, mucho y por todos lados...
El BAOBAB es el gigante árbo Africano. Cuentan en África que el baobab era uno de los árboles más bellos del continente, admirado por todos por su follaje y flores. Su vanidad creció tanto que los dioses lo castigaron, enterrando sus ramas y dejando a la vista sus raíces. En efecto, parece un árbol invertido que, con sus ramas extendidas en orden anárquico, pretende implorar el perdón de los dioses.
Puede alcanzar una altura de algo más de treinta metros y una anchura que llega a los doce metros de diámetro.
Estas dimensiones varían en función de la especie: el adansonia digitata, originario de África continental, o el adansonia randidieri, de Madagascar, pueden medir más de 25 metros, mientras que la variante de Australia, adansonia gibbosa, rara vez llega a los diez metros y el adansonia rubrostipa suele medir la mitad. Pueden alcanzar hasta los 3.000 años de vida.
Posee un tronco liso, con una madera compuesta por múltiples fibras, por lo que se utiliza de forma habitual para hacer cestos o papel. Esta madera es la que posibilita que dentro del árbol se puedan almacenar miles de litros de agua, que el vegetal consumirá durante las épocas de dura sequía, bastante habitual en el continente africano.
Sus flores, que son de color amarillo o blanco, se abren durante la noche, y son polinizadas por los murciélagos. Tienen, al igual que el tronco, una utilidad práctica, ya que con el polen se elaboran pegamentos. El fruto, que es comestible, aporta vitamina C; además, puede molerse o asarse, para elaborar una bebida semejante al café.
Sus flores, que son de color amarillo o blanco, se abren durante la noche, y son polinizadas por los murciélagos. Tienen, al igual que el tronco, una utilidad práctica, ya que con el polen se elaboran pegamentos. El fruto, que es comestible, aporta vitamina C; además, puede molerse o asarse, para elaborar una bebida semejante al café.
TEA (en fonética es la taia): el té en Senegal es toda una ceremonia, cada vez que alguien te invita a tomar la taia tenes que hacerte de tiempo y de paciencia. Ellos consumen mucho Té, es constante y muy pocas son las mujeres que lo preparan, en su mayoría son hombres quienes se dedican a elaborarlo.
Su aspecto como pueden ver en la foto, es negro y con mucha espuma, eso surge de pasar de un vaso (pequeño como el que se toma el tequila) a otro a medida que se va calentando y endulzan... lleva mucha azúcar y no viene en saquito son es en enhebra (unas cajitas pequeñas) que se coloca en una tetera que va directo a un brasero también pequeño.
Las vueltas de la tea no es una sola y no hay vaso para cada uno que fue invitado, sino que se va siguiendo la ronda hasta terminarlo( primera vuelta), son tres en realidad (vueltas) y cada una tiene su significado que representa el sabor del las tea (se va modificando cuando pasa de la primera a la ultima vuelta).
El significado:
Primera vuelta: es fuerte como el hombre.
Segunda vuelta: es agradable como la Amistad.
Tercera y ultima vuelta: es dulce como el Amor.
Abuelo x3
Quería saludar a nuestro Pedro, que ayer viernes 16 de agosto, recibió a su nuevo nietito. Darle la bienvenida a él y alegría para toda la familia.
Fatou.
le group
Teresa Aramburú (teress) . Nooelia Mieggi (noel) 
Mariano Fernandez . Pedro Ezcurra (el cura)
Sandra Tamborini . Pedro Parcet (el iman) 
Andrea Piccoli .Carlos Novarino
Florencia Pelichotti (petit) . Marcela Castañeda (fatou)
Natalia Rubin . Roberto Romero (roberto)
Marcela Peres Vieyra 
Raúl . Mirta
Abdoulaye Badiane (lai!)
ISLA DE GORÉE
texto de periodista
El único ruido mecánico al llegar a Gorée es el del motor del ferry. No hay coches en la isla, sólo el golpear rítmico de las olas; muchos gritos, risas y palabras en francés y en wolof circulando por el aire; los reclamos cantarines de las vendedoras; las notas del chapoteo continuo de unos y el chapuzón repentino de otros bañistas; los pasos apresurados sobre el espigón de aquellos que buscan alcanzar el trasbordador de vuelta a Dakar, este barco que es como la plaza pública: allí donde todo confluye, donde el millar de isleños se busca y siempre se encuentra.
Hoy, el único barco grande que se acerca por Gorée de continuo es este que ahora atraca, aunque a lo lejos se vean los cargueros del puerto de Dakar
Gorée está ya ahí enfrente: una isla difuminada por la calima, un pueblito mediterráneo con casas coloniales, un castillo en lo alto de una colina, el fuerte militar circular con ventanucos para los cañones, la ensenada, la playa con cayucos varados, la costa de basalto, el verde salpicado aquí y allá de las palmeras y buganvillas...
Transcurre el día y el mar devuelve los chillidos entusiastas de los adolescentes que juegan al fútbol junto al Ayuntamiento, las risas de las mujeres que friegan los cacharros en la fuente, las voces multilingües de los turistas, las de los camareros ofreciendo sus menús, las de las vendedoras que se te hacen íntimas en un abrir y cerrar de las puertas de sus tenderetes... Y el gemido del ferry que llama a los viajeros de regreso.
Gorée evoca las condiciones en las que vivieron antaño millones de personas. Idénticas a las que sufren hoy 27 millones en todo el mundo retenidas como fuerza de trabajo, en la industria del sexo, como soldados...
Hoy, el único barco grande que se acerca por Gorée de continuo es este que ahora atraca, aunque a lo lejos se vean los cargueros del puerto de Dakar
Gorée está ya ahí enfrente: una isla difuminada por la calima, un pueblito mediterráneo con casas coloniales, un castillo en lo alto de una colina, el fuerte militar circular con ventanucos para los cañones, la ensenada, la playa con cayucos varados, la costa de basalto, el verde salpicado aquí y allá de las palmeras y buganvillas...
Transcurre el día y el mar devuelve los chillidos entusiastas de los adolescentes que juegan al fútbol junto al Ayuntamiento, las risas de las mujeres que friegan los cacharros en la fuente, las voces multilingües de los turistas, las de los camareros ofreciendo sus menús, las de las vendedoras que se te hacen íntimas en un abrir y cerrar de las puertas de sus tenderetes... Y el gemido del ferry que llama a los viajeros de regreso.
Gorée evoca las condiciones en las que vivieron antaño millones de personas. Idénticas a las que sufren hoy 27 millones en todo el mundo retenidas como fuerza de trabajo, en la industria del sexo, como soldados...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
